No se hace aconsejable aplicar la sinalefa, (ni la sinéresis) cuando entra en juego la sílaba tónica principal del verso (la penúltima sílaba) no suele ser armonioso aplicar la sinalefa (o la sinéresis) porque se produce una mala sonoridad. Dos palabras que al principio del verso casan en una aceptable sinalefa (o una sola palabra con sinéresis) al final, y entrando en juego la sílaba principal del verso, suelen desarmonizar si se hace ahí la sinalefa o la sinéresis.
De ahí la importancia de los acentos rítmicos en donde el principal de todos ellos es el que recae sobre la sílaba penúltima de cada verso.
Podremos encontrar, no obstante, poesías que no tienen en cuenta ese requisito de buena armonía. De todos los versos que lo incumplen, se ha visto que lo que menos desarmoniza es la sinalefa aplicada a las palabras de~oro cuando éstas van al final del verso. Aunque siempre es mejor no aplicar ahí esos dos parámetros.
Cuando un verso le pueda ofrecer dudas a su autor, o cuando se sospecha que los lectores pueden hacer varias interpretaciones sobre su métrica, es aconsejable la búsqueda de otro verso de expresión similar y que no ofrezca lugar a dudas.